Fue un día de sol espléndido. Dejamos Barcelona sobre las 10 de la mañana, con cielo cubierto; la ciudad estaba oscura, soñolienta. A los pocos kilómetros el sol asomaba claro y, poco a poco, fue abrillantándonos el día; el sol y la luz no nos dejaron en ningún momento. Las familias de Terral podrían disfrutar …
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